Poesía II - parte 4

Poesía II - parte 4

Noche

En la noche el firmamento se adorna
con una galaxia de estrellas
que denota un cosmos infinito
y un poder sobrehumano que espera.
Parece encerrar mil misterios,
parece romper lo finito,
pero esa galaxia de estrella
me embriaga libre de vino.
Sólo aquí podrás ver ese cielo,
ese cielo reflejo divino;
sólo aquí brillarás en la noche,
sólo aquí en un verdor campesino.

 

Noche

Noche,
-noche oscura, sombría y misteriosa,
hechizo mágico del Divino Creador-
embelesas el alma cuando el ojo te contempla
al percibir tu hermosura y tus secretos tras el sol.
Sin estrellas te ves triste y apagada.
Con estrellas suscitas amor.
Sin la luna pierdes encanto.
Con la luna transportas mi corazón.
Qué lenguaje más burdo y monótono
el que utilizo queriéndote elogiar;
pero es mi mente la que limita expresarte,
ya que verte indescriptible es mucho más.
Unas luces rompen tu ambiente sombrío.
Qué bellas las casas que ocultan detrás.
Gente humilde –la que más amo- allá duerme
sin saber que deseo su bienestar.
Qué vacío éste el que siento.
Permanente parece aquí estar.
No comprendo la vida y mi gente.
No alcanzo a Dios penetrar.
Si hacia dentro vuelvo la mirada
sólo encuentro defectos sin par,
despreciable humano sin rumbo
que aspira a vivir sin llorar.
Ya no sé qué mejora mi alma.
Sí lo sé, pero busco sentir más.
Es a Dios a Quien busco anhelante
y llenarme de fe en Bahá’u’lláh.

 

Encuentro con la felicidad

En la poesía y el lenguaje
sublimo en silencio.

Las palabras, entidades profundas de misterios ocultos.
Dirimir vocablos, ser diestro en la prolación,
ser mago de versos, orar como un cantor.
En la armonía de la naturaleza encuentro felicidad.
En la belleza de las relaciones encuentro felicidad.

En la amistad y el amor,
en la nostalgia y melancolía,
en recuerdos y visiones,
encuentro felicidad.
En el vaivén de la pluma,
en cantar con mi guitarra,
en servir desinteresadamente,
encuentro felicidad.
En preocuparme del amigo,
en escuchar a un deprimido,
en alentar al caído,
encuentro felicidad.
En el estudio y en las letras,
en la pintura y el buen cine,
en la poesía y en el canto,
encuentro felicidad.
En penetrar los misterios del alma,
en comprender al ser humano,
en estudiar historia y ciencia,
en conocer mi ser interno,
encuentro felicidad.
En olvidarme de mí mismo,
en enseñar religión, ciencia y artes,
en contemplar el mundo suprasensible,
en la oración matutina,
en las aves y sonrisas,
en sentir al Rey Divino,
encuentro felicidad.

Pero, ¿qué puede compararse a poder ser león del Reino?

¿a ser un santo de mi Amado?
¿a estar fundido en Su regazo?

¿Qué puede ser más hermoso que sentir pleno el gozo
de estar fundido en el amor divino y mostrar al mundo cuál su destino?

Si he de elegir, elijo la muerte,
muerte al mundo de los cuerpos,
pero vida aquí,
absorto en Tu Causa.

Leave a reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *