EL CONSEJO DE SEGURIDAD DE LA ONU, CON RUSIA DENTRO, ES “INOPERATIVO”, Y LOS ÓRGANOS SUPRANACIONALES NO ACTÚAN
– A.I.R. 25.02.2022 | 00:34
PAMPLONA – Los efectos de la vertiginosa guerra en Ucrania no solo se ven sobre el terreno. También en los foros políticos, donde todos los países están tomando posiciones. Y lo hacen en unos órganos que, como el Consejo de Seguridad de la ONU –que se reúne este mismo viernes–, están obsoletos.
Es lo que cree el investigador Sergio García Magariño, profesor de la UPNA y autor del libro Desafíos del sistema de seguridad colectiva de la ONU: análisis sociológico de las amenazas globales, que cree que lo ya visto en Ucrania refuerza la idea de que “nuestro sistema de seguridad internacional es defectuoso”.
El profesor, miembro del instituto Jerónimo de Ayanz de la universidad pública, lamenta que “Europa carece de una estrategia de seguridad propia” que se agrava con el hecho de que hay una importante dependencia energética de Rusia. Es algo que quizá aquí se vea lejano o no se entienda en toda su gravedad, porque a este lado de los Pirineos el gas viene de Argelia. Pero en países del centro de Europa como Alemania o en Italia la dependencia de la energía rusa es importantísima. Y no es una tontería.
En cualquier caso, abordar esta crisis desde organismos como el Consejo de Seguridad –donde Rusia tiene poder de veto– es “inoperativo”. “Existe un desfase entre los instrumentos políticos que hemos ideado para gobernar la sociedad y la naturaleza compleja e interdependiente de los grandes problemas, como crisis, terrorismo global o pandemias, pero también una guerra entre Estados representados en grandes instituciones de seguridad”.
HACIA UN ÓRGANO COMÚN García Magariño aboga por una respuesta “en dos etapas”. “Por un lado, con declaraciones, el recrudecimiento de las sanciones contra Rusia y embargos” sin que esto implique “un enfrentamiento militar”, por el bien de “Rusia, Ucrania, Europa, EEUU y el mundo”. Pero, en una segunda parte, habría que construir “una arquitectura institucional representativa pero con capacidad real de coerción”. Este sistema, según García Magariño, debería basarse en la “interdependencia, la conexión y la humanidad como único cuerpo sujeto de derecho”. Esto es, con órganos con más capacidad aglutinante, y sobre todo, con más capacidad de acción. “Los últimos desafíos son rabiosamente globales, pero los instrumentos políticos siguen siendo nacionales”.
“Hay que ir hacia una arquitectura institucional representativa, pero con capacidad de coerción”
SERGIO GARCÍA MAGARIÑO
Profesor de la UPNA